Una vez más fuimos a ver a este "grupazo" de teatro de títeres. La adaptación de la obra de Quiroga es hermosa, colorida y entretenida. Acompañada, como siempre, de mucho humor y una bella música. Una vez más, el espectador se olvida de los titiriteros para meterse de lleno en la historia y en cada personaje. Los más chicos quedan alucinados ante el color y la alegría. Los más grandes nos quedamos con más ganas de ver más historias. Todos amamos a esa "tortugota" gigante que transporta a Quiroga a la ciudad en busca de medicamentos y a nosotros al mágico y extraño mundo de la selva. Así, nos vamos enterando, a través de la obra, de por qué los flamencos tienen sus patas coloradas, hacemos fuerza junto con las rayas, al grito de "NI NUNCA"
y hasta nos da "miedito" la tremenda anaconda que nos presenta el fantástico teatro negro. Súper recomendable para toda la familia, en el teatro SHA.
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